Si leéis habitualmente sobre tendencias de marketing y comunicación, ya habréis escuchado este nuevo término, para definir una nueva tendencia del marketing corporativo que busca no sólo mejorar los resultados de la empresa sino, a la larga, algo tan ambicioso como lo que se anuncia en el título «Cambiar el mundo».

Puede que a algunos «os huela mal» y, para otros, se parezca demasiado al «Marketing Social» que se puso también de moda antes de explotar la crisis económica en relación a la aparición en escena de la Responsabilidad Social Corporativa. Otra exigencia que se diluyó en estos duros años y que, parece, comienza a escucharse de nuevo en los ámbitos empresariales.
Mi opinión es, en fin, la misma que en aquel momento, en el que además yo colaboraba con una Consultora en RSC, siempre habrá algún aprovechado que intente hacer trampas pero, en general, el que el marketing busque un beneficio para la sociedad, el ecosistema y el mundo en general, es bueno, independientemente de que, además, la empresa obtenga un beneficio también al realizar determinadas acciones.
Es decir, si una marca de deporte dona un porcentaje de sus beneficios a escolarizar a los niños de las favelas y obtiene a cambio un mayor engagement con la marca, que finalmente se traduce en ventas, es bueno. A no ser, claro, que a su vez esté fabricando sus productos utilizando mano de obra infantil en India.

En cualquier caso, el marketing ha cambiado, las redes sociales y la viralización de contenidos y noticias hace que, cada vez más, los usuarios exijamos a las empresas determinados comportamientos, una responsabilidad frente a lo que representan y frente al mundo en general. Las empresas deben entender este nuevo cambio de paradigma no como una exigencia, sino como una oportunidad para desarrollar comportamientos corporativos dirigidos a mejorar el mundo. Parece un objetivo ambicioso, y lo es, pero es posible conseguirlo si todos los profesionales nos ponemos a ello.
Valga como ejemplo «The Collective Project» de Microsoft, que facilita que estudiantes de todo el mundo, den salida a sus ideas transformadoras a través de One Note. Como proyecto destacado, resaltamos el de unos estudiantes que han conseguido facilitar a niños mutilados el acceso a miembros biónicos impresos en 3D por tan sólo 350$.
Documentándome para escribir este artículo, he descubierto una propuesta española interesante «Quiero Salvar al Mundo Haciendo Marketing», una apuesta, por lo menos, digna de admirar, y que habrá que seguir con atención.
Mercedes Fuster Sanz